Hermosos recuerdos

Llevaban un rato volando, por lo que había visto podía deducir que habían abandonado Khelfias. Estaba totalmente impresonada por las vistas que tenía desde allí arriba. Desde peqeuña se había imaginado como sería encontrarse allí arriba, en medio del aire, mientras sentías el viento en la cara. Sus preguntas parecían siempre tan profundas.

- Bueno, yo siento que es una gran responsabilidad. Soy la responsable de cuidar de mi pueblo y evitar que le pase algo malo a la gente. Me ocupo de su seguridad y de que se cumplan las leyes. Muchas veces no es facil y no todos los reyes de los que tengo conocimiento se comportan igual.

Aquello era cierto, algun monarca de otro reino no se preocupaba tanto por su gente, si no que solo quería complacer sus propios deseos, sin importar lo que tengan que sufrir los demás. No le gustaban auquellos que pensaban así y solamente se aprovechaban, por eso se esforzaba en hacerlo lo mejor posible. Tras un rato finalmente llegaron al que sería su destino. Una vez en el suelo, se estiró, ya que tenía un poco entumecidas las piernas.

-¡Ha sido increible! Nunca pensé que acabaría surcando el cielo, y menos en brazos de un hombre...- Aquel comentario le hizo reir, aunque en el fondo se sentia un poco rara con ello.- Dime, ¿que es exactamente lo que hemos venido a ver?

Vaya, si que tenía cosas interesantes aquella playa. Si habían tenido que ir tan lejos, probablemente era porque valdría la pena. Aunque tampoco le importaba demasiado si no era así, después de todo el viaje ya había sido una experiencia impresionante para ella. Cuando le indicó que se girase, no esèraba una escena igual. Era un paisaje muy hermoso y además ver todos aquellos animales saltando fuera del agua era increible. Parecía una danza ensayada, en la que todos conocían su papel.

-¡Oh! Sin duda es algo muy hermoso. No sabes cuanto te agradezco que me hayas traido hasta aqui.- Dijo que si aquello no servía para aliviar su carga, la siguiente sorpresa lo haría. Si era mejor que aquel paisaje, sin duda se trataba de algo que merecería su total atención.

-Si lo que dices es cierto, debe ser increible, ya que esto me parece que no es facil de superar. Dime de que se trata por favor, tengo muchas ganas de ver de que se trata.- Con todo aquello, cada vez que Isaac se acercaba, no podía evitar ponerse nerviosa, no se trataba de que le tuviese miedo. Ese nerviosismo nacía de otra parte...

Parecía que para la la otra sorpresa era necesario realizar otro viaje aereo. La verdad es que la emocionaba repetir la experiencia de surcar los cielos. Así pues, tras pedirle perdón de nuevo, Isaac la tomó en brazos y volaron fuera del risco donde se encontraban. Descendieron rápidamente de allí hasta alcanzar una gruta en el acantilado. Le pidió amablemente que cerrase los ojos, por lo que si debía ser una sorpresa lo que esperaba allí dentro.

-Está bien, si me lo pides te haré caso.- Cerró los ojos, a pesar de toda la curiosidad que sentía por saber que le iba a mostrar. Por lo que notó, estaban entrando en la cueva, ya que no sentía la luz del sol en su cara. Mientras seguían abanzando, le advirtió que no mirase o habría castigo, por su tono de voz, aquello era una broma pero no tenía intención de abrirlos y traicionar su confianza.

-Tranquilo, no los abriré hasta que lo digas.

Mientras seguía siendo transportada, podía escuchar todo el silencio que había en las profundidades de la roca. Unicamente el goteo de agua resonaba por las paredes de la cueva. De nuevo ISaac volvió a hablar con ella, esta vez con varias preguntas. Eran personales y de no haber tenido la confianza que sentía con él probablemente no hubiera contestado.

-Bueno, en principio a una dama no se le pregunta la edad...- No pudo reprimir reirse, ya que se estaba imaginando la cara de Isaac.- Tranquilo, que solo se trataba de una broma. Tengo 21 años y alguna de mis aficiones son la caza y montar a caballo para dar un paseo. A parte de eso, me gusta poder charlar con alguien como tú, que no se guía por mi título o por cosas similares. Además creo haber encontrado otra actividad que me parece muy interesante... volar.

La última pregunta que le hizo si que le pareció rara, después de todo para ella la respuesta era clara. Si había dejado que la llevase hasta allí, era evidente que le agradaba mucho su compañía.

- Claro que sí me gustaría conocerte mejor, creo que es evidente. Me gusta mucho tu compañía, y espero que a ti la mia... Espero que me cuentes cosas sobre tu vida, estaré encantada de escucharte.

Por lo que dijo ya estaban a punto de llegar y parecía que ba a ser algo impresionante. Por unos momentos tuvo la ganas de abrir los ojos para echar un pequeño vistazo, pero se contuvo, se lo había prometido y cumpliría.

Tras otro trayecto en brazos de Isaac parecía que por fin llegaban a su destino final. Casi no podía contenerse, tenía muchas ganas de poder abrir ya los ojos y ver que le esperaba cuando lo hiciese. Por fin la dejó en el suelo, asi que ya faltaba poco para su sorpresa. Una vez en el suelo, Isaac la dió permiso para abrir los ojos. El espectáculo que contempló fue increible, no tenia palabras para describirlo. El techo de la caberna estaba lleno de pequeñas cosas que emitían destellos en medio de la oscuridad. Parecía estar viendo el cielo nocturno en aquel lugar tan escondido.

-¡Vaya! Esto es realmente increible... realmente es un lugar precioso.- No sabía que más decir ya que estaba impactada por aquella escena. Sin duda entendía porque era un lugar tan importante para Isaac. Se sentía muy afortunada porque la hubiese elegido para enseñarselo.

De improvisto, notó como Isaac la rodeaba con sus brazos y se apoyaba en su hombro. No se esperaba algo así y no sabía bien como reaccionar. Se le cortó la respiración y comenzó a sonrojarse. Finalmente se separó de él y se giro para tenerlo de frente. Todavía roja por su gesto le preguntó.

-¿P-pero... pero a que ha venido eso?- No estaba segura realmente de querer conocer la resuesta, pero nunca se había encontrado en una situación así antes.

Titania estaba completamente asombrada a la par que asustada por lo que acababa de escuchar. Se encontraba petrificada, sin saber que hacer o decir ante el suceso que estaba transcurriendo en ese momento. Respiraba entrecortadamente a causa de la impresión, mientras multitud de pensamientos cruzaban su mente, formando una tormenta que no le permitía actuar. Acababa de escuchar como Isaac declaraba sus sentimientos hacia ella de forma directa y contundente y aun así no era capaz de asimilar tanta información.

¿Qué debía hacer o como actuar? No estaba preparada para algo así. Se había visto obligada a guardar sus sentimientos y así dirigir a su pueblo, después de todo tenía una responsabilidad y para llevarla a cabo tenía que anteponerse a sus propios sentimientos. Ahora sin embargo, se le estaba pidiendo que se dejase guiar por ellos y aquello la aterraba.

-Y-yo... tú... no sé que decir...-Intentaba poner en orden sus pensamientos y de esa forma conseguir articular algo coherente. Su respiración era acelerada, lo que no ayudaba a calmarse. Intentó controlarse, pero le resultaba imposible. Con todo aquello le temblaban las piernas de tal manera, que acabó cayendo de rodillas al suelo, mientras unas lágrimas resbalaban por sus mejillas.

-Yo... lo... lo siento mucho... no puedo darte una respuesta. Estoy muy confundida y no sé que pensar...- Haciendo un esfuerzo, se volvió a poner en pie.- Lo que si puedo decirte es... por favor pase lo que pase sigue siendo mi amigo. ¡No quiero volver a estar sola!- Se acercó a él y se quedó allí abrazada.

Por fin parecía que había encontrado a alguien en quien confiar. Una persona con la cual contar en las situaciones difíciles y a la cual pedir consejo y ayuda. Desde que rompió relaciones con Eris, no tenía ningún veradero amigo con el que poder hablar de manera informal. Solamente estaba rodeada de gente ambiciosa que lo único que buscaba era conseguir favores de la corona. Por fin contaba con alguien en el que depositar su confianza, y aquello la hizo muy feliz. Ya no tendría que aguantar en soledad.

-Yo... no sé como puedo agradecerte todo esto. De verdad, has conseguido hacerme muy feliz.- Cuando volvió a acercar sus labios tanto a ella, se puso de nuevo muy roja. Otra vez volvió el torbellino de emociones que había estado ocultando. no estaba muy segura de lo que estaba haciendo, pero se dejó guiar por su corazón en vez por la cabeza. Respondió al beso de Isaac con nerviosismo.

-Muchas gracias por todo...- Fue lo que llegó a decir mientras las negras alas de él la cubrían como una forma de protegerla. Tenía muchas ganas de conocerle mejor, ya que casi no había hablado sobre sí mismo. Quería conocerle en mayor profundidad. Mientras apoyaba la cabeza en su pecho le preguntó.-Bueno, creo que ha llegado el momento de que yo también sepa cosas de ti... Si quieres, me gustaría que me contases tu historia.

Titania escuchaba con suma atención todo lo que Isaaca le contaba. No había querido presionarle con muchas preguntas a cerca de su pasado. Prefería dejarlo a su elección, lo que quisiese contarle estaría bien sin importarle de que tratara. Si había algo que no quería que ella supiese, no tenía por que contarselo.

-Estoy dispuesta a escuchar todo lo que quieras compartir conmigo. No te preocupes, no creo que me asuste de lo que puedas revelarme. Eres especial para mi y no creo que eso vaya a cambiar.- Todo esto se lo susurro a su oido, de forma íntima. No creía que aquellos sentimientos fuesen a cambiar por algo que hubiera sucedido en el pasado.

La suya si que era una triste historia, sin un padre ni una madre que lo hubiese cuidado desde pequeño, y para colmo de males su abuelo, la persona que se había ocupado de él había sido asesinado por su propio hermano. No podía entender como había gente capaz de cometer un acto tan atroz. Pudo ver que una lágrima escapaba de su mejilla. Le impresionó un poco que fuese carmesí, sin embargo se preocupaba por él y con su mano la recogió.

-Vamos, no te pogas triste. Yo estoy aquí y no dejaré que te suceda nada malo, te lo prometo.- Se acercó a su rostro y le beso un una mejilla de forma cariñosa, mientras lo abrazaba con fuerzas renovadas. Iba a cuidar de Isaac, al igual que él había dicho que cuidaría de ella.

-Dime, ¿porque el hermano de tu abuelo hizo una cosa semejante?¿Porqué no soportaba tu existencia?- Suponía que aquello no iba a ser muy agradable de recordar, pero quería llegar a conocerle en profundidad y comprenderle completamente.

Cuanto más escuchaba su relato, más lástima sentía por él. Como podía haber gente que creyese cosas como que la union de dos razas distintas fuese algo negativo. Aquello era algo natural y no tenía nada de malo.

-Pues a mi sinceramente el hermano de tu abuelo me parece un completo estúpido. ¿Como puede pensar algo así? Eso es una idea de lo más arrogante, pensar que porque es de raza pura es mejor que otro. Es una idea que no puedo entender, siempre habra alguien que supere a otro en varios aspectos. Nunca se puede ser el mejor en todo.- Seguía abrazada a él, para poder darle más animos y que no se deprimiese por ello.

Se acercó a su oido para susurrarle unas palabras con las que esperaba de todo corazón poder animarle. No le gustaba nada verlo en ese estado tan depresivo y melancólico y estaba dispuesta a conseguir que se alegrase lo máximo posible a cualquier precio.

-Vamos, no digas eso Isaac yo no te odio en absoluto, de hecho me gustas tal y como eres y no cambiaría nada de ti. Dices que no tienes un hogar, no sé que se siente por algo así, pero puedo hacer algo para arreglar eso. QUiero que vengas a vivir a mi hogar y no aceptaré una negativa por respuesta.- Alzó la mirada y lo observó de forma amable y con una pequeña sonrisa, aunque lo que acababa de decir era totalmente en serio.

- ¿Y puedo saber cual es esa razón?- Justo en ese momento le besó con ternura y ella se dejó guiar por sus labios. Aquello era unas de las muchas cosas que le gustaban de Isaac, que era muy tierno y la trataba con mucho amor.

Ante su hermosas palabras Titania se quedó muda, no sabía que podía decirle. Simplemente se quedó allí quieta entre sus brazos mientras se sonrojaba cada vez más. Era lo más bello que le había dicho nadie en toda su vida, sin duda alguna para ella Isaac era la persona más especial para ella de entre todo el mundo.

-Claro que estoy dispuesta a aceptar las consecuencias, si alguien intenta ir contra tí se las verá conmigo. No pienso dejar que te suceda nada malo.- Solo con pensar que alguien quisiera hacerle daño enojaba a Titania. A pesar de su beso, ella seguía indignada pensando en lo que podría llegar a pasarle a Isaac si iban a buscarle.

Pequeñas corrientes brotaron de sus manos en respuesta a su alteración emocional. Cuando se dió cuenta, se laejó un poco de Isaac, no quería que acabase con una descarga por su culpa. -Yo... lo siento...- Esperaba que no le hubiese hecho nada por haber pedirdo momentaneamente el control. Ante su comentario de volver ya a casa asintió con una gran sonrisa.

-Está bien volvamos, después de todo tienes que conocer tu nuevo hogar.- Volvió a acercarse a él para que la tomase en brazos y volver al castillo volando.